Idea, Sueña, Escribe.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Gomakashi. ごまかし

Engaño

Antes de poder describir una introducción lo suficientemente agonizante, debo advertirte:

Estoy muerta.

Sí, quizá no te sorprenda, pero la forma en la que morí sí lo hará.
Morí de una manera muy peculiar, con mucho dolor, con una agonía palpitante, con el corazón desgarrado; como si cualquier humano me hubiera atravesado y hubiera estrujado mi corazón con unas manos llenas de venganza y rencor hasta hacerlo caer moribundo por el suelo, para luego patearlo como si de una roca se tratase.

Aunque hablé muy hipotéticamente, así pasó. Así me mataste.

Con cada gesto que hacías, con cada caricia que le proporcionabas, con cada risa y con cada enojo, hacías de mi alma una calvario de pena y tristeza. Mientras le enredabas los dedos en ese fino cabello y se lo revolvías haciéndolo reír como un niño yo me quedaba en una penumbra eterna memorizando frases para dejar de sufrir.

Como mujer y como amiga te dejé hacerlo, no me opuse ante ustedes, no hice nada; pensando en que tú no me olvidarías, que tú no me darías la espalda, confié en ti.
Quise pensar que somos humanos, cometemos errores, nos perdonamos y olvidamos con tal de vivir un unión pacífica. Lástima que somos humanos, muchos no perdonamos, muchos no olvidamos; tú quebrantaste nuestro lazo y no te retuviste por mí.

Mientras mis lágrimas corrían por mis mejillas y mi estómago daba un vuelco, te vi tomárle la mano, te vi juntar sus labios en un beso cargado de pasión, algunos completos de amor y otros llenos de gracia. Y aún cuando traté de ser fuerte, traté de desconocerte, me arrinconé y me dejé masacrar por tu manos.

Es por eso que cada vez que te veo, me desgarras los miembros uno por uno, me matas a cada segundo. Y no parece importarte.

Morí a manos tuyas.

viernes, 29 de octubre de 2010

Chïsa.農民



Mi pequeña campesina se quiere suicidar, mi pequeña campesina ya no quiere llorar.
Quiere salir de su pesadilla y dejar de contar ovejas para soñar con lobos.
Mi pequeña campesina toca con sus nudillos la puerta de la muerte, mientras que entre susurros la hace despertar.

Y mientras cierra sus ojos diciendo 'adiós', la muerte se agazapa tomando su alma.

jueves, 12 de agosto de 2010

Ongaku.音楽



Al filo de la Adrenalina

Subí los escalones sintiendo que los tobillos eran finos trozos de vidrio que con un poco de peso se romperían en mil pedazos, agregándole a eso el golpeteo furioso de mi corazón contra mi pecho y el sudor de mis manos mientras tomaba mi guitarra favorita eran incomparables.

¿Pero qué fue comparable con eso?
Ellos. Gritando a todo pulmón, chillidos de las mujeres y un sonoro coro que llevaba el nombre de mi banda. La luz que te ciega al poner el pie en el escenario y comienzas a dar las gracias mientras te controlas para que a tu voz no se le note nerviosismo.

Todo acaba cuando comienzas a hacer memoria para cantar la letra de la canción y comienzas a tocar los acordes de la misma. Porque es algo que amas, algo que te llena de adrenalina y algo que jamás olvidarás.

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RAAANDOM! (L Gracias por leer <3>

viernes, 16 de julio de 2010

Tengoku. 楽園



Frente al Paraíso

¿Qué es el paraíso? Todos los humanos se lo han preguntado tan siquiera una vez en su vida ¿En realidad existe? ¿Dónde está?

Preguntas que quizá a los adultos les dé miedo contestar, interrogantes que a los ignorantes les urge saber. La ironía: todos llegan a tener una vida adulta, por lo tanto, todos son
ignorantes.

Para Jane, una estudiante de Psicología cursando el último año, el paraíso era un lugar utópico, creado por la mente propia, para la pura satisfacción y deseos propios. Quizá siguiendo parámetros que han impuestos los libros, como la Biblia; o películas o casos raros de gente que dice ha visto el paraíso.

Cuando murió, miserablemente y dando lástima a los presentes, supo que Dios no es quien te llama a su presencia. La muerte es quien te lleva y ella decide qué hacer con tu futuro, si es que se le puede decir futuro a lo que le sigue después de la muerte.

Jane llegó a lo que supuso… era su paraíso. Un prado lleno de flores, y árboles frondosos. Supo que era lo que ella siempre había querido, vivir en un lugar así siempre fue su mayor anhelo desde que su tío les mandaba fotos de su pequeña cabañita en un lugar parecido a éste.

Entonces Jane, cayó en la cuenta. Estaba sola, completamente sola en un prado lleno de flores. ¿Eso era su paraíso? Pasar la eternidad sola en un lugar desolado, sabiendo que sus familiares morirían e irían a otro lugar donde se encontrarían en su misma situación.

Era cierto, no tenía dolor, no tenía hambre, sólo un sentimiento de melancolía que le inundaba el alma.

Si en verdad esto era su paraíso, desearía volver al mundo, volver a tener una vida ajetreada, con monoteísmo o no, ella quería regresar. Entonces se dio cuenta de que lo vivido en el mundo, jamás volvería a ella, que estaba destinada a ese mundo utópico que comenzaba a odiar, que por haber deseado tanto, al encontrarlo no sintió satisfacción.

FIN

Bueno, en cierto sentido éste es mi concepto del paraíso. Siento que es un mundo utópico del que te puedes aburrir. Por eso, prefiero no pensar a dónde iré, simplemente morir y dejar mi alma en manos de la muerte o Dios.

viernes, 9 de julio de 2010

Kuroi. ブラック


Ojos negros

Le escuché abrir la puerta de la recámara, sigilosa, como un ratoncillo entrando en la boca de un gato. No quería que me viera despierto, así que me hice el dormido mientras rondaba por la habitación. Le oí entrar al baño y dejar caer el agua de la regadera para darse una ducha. La intriga me estaba carcomiendo los sesos, pero sabía que si la interrogaba ahorita, seguro me echaría bronca.

Luego de la ducha se colocó el camisón y se recostó junto a mí, pero sin antes soltar in suspiro y una risa juguetona. Yo me asusté. Inevitablemente Morfeo me arrastró, sin mi consentimiento.

Tuve un sueño, no muy lúcido, donde ella estaba siendo devorada por otro hombre. Desperté con la inquietud en la boca y me di cuenta de que eran pasadas de las 10 de la mañana.
La busqué por toda la recámara hasta que la encontré sentada tomando café en frente de su computadora portátil.
—Buenos días —dijo sin mirarme. Yo le devolví el saludo.
—¿A qué hora llegaste? —pregunté sin más. Dejó su taza de café y escribió.
—Como a las 3 de la madrugada —anunció sin remordimiento; estaba un poco tranquilo al darme cuenta de que no me había mentido.

—¿Te divertiste? —pregunté, preciso.
Ella sonrió de lado, haciendo que la mueca pareciese más malvada que feliz. Luego de unos segundos, levantó el rostro con los ojos cerrados y suspiró... un suspiro cargado de lujuria.

—Bastante. — Abrió los ojos en el preciso instante que dijo la palabra. Dejándome ver sus ojos negros, un par de orbes negras, tan profundas como la boca de un lobo. Sonrió perversa e intensificó su mirada cargada de pasión, lujuria y... traición.

—Eres una puta —escupí con desprecio. Ella ensanchó más la sonrisa e incrementó su mirada penetrante, aquellos ojos llenos de traición y mentiras, me habían delatado todo lo que hizo en su salida, sin pudor alguno.

—Sí... lo sé.
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Para RI, también siento que me desvié un poco, pero también me gustó xD Gracias por leer :amén:

lunes, 5 de julio de 2010

Cahiro.カフェ



Ojos cafés

Daba vueltas como león enjaulado por toda la sala de espera, el sentimiento de culpa, de cobardía y por sobre todo de impotencia cada vez se hacía más latente en mi cuerpo. Estar solo y con mis pensamientos teniéndome al borde del colapso no era buena combinación con mis nervios. Ya llevaba ahí más de 3 horas, dando vueltas; a pesar de que varias personas me trataron de tranquilizar yo seguía con los nervios de punta, cada instante, cada segundo.

Estaba en el estado puro de paranoia y de frustración, la inquietud no me dejaba pensar con claridad mientras que la luz mortecina que adornaba la sala, me hacía recordar que me encontraba completamente solo.
Me senté en el banco más próximo y me tomé de la cabeza y me la situé entre las rodillas, casi queriendo vomitar y morirme ahí.

En eso escuché el zapateo de alguien que se aproximaba y el sonidillo agudo que hacen los guantes de látex al ser removidos de cualquier superficie.
Me volví para ver al sujeto que estaba en frente de mí, lo vi quitarse el cubre bocas para poder hablar con más claridad.

—Buenas noches, señor Meller, ya puede pasar a verla —anunció con una sonrisa, entonces sentí que un alivio comenzaba a surgir de mi pecho. Di las gracias como alma que se la lleva el diablo y corrí hasta su habitación.

Al entrar al cuarto lo primero que divisé fue un bulto en una cama, me aproximé a ella con cuidado y le tomé de la mano mientras le acariciaba suavemente la palma, estaba profundamente dormida.
Me quedé ahí, contemplándola en silencio, expectante de cualquier movimiento. En su letargo le escuché gruñir incomoda, le acomodé un poco la almohada tratando de no despertarla, inevitablemente lo hice.

Se talló sus ojitos y suspiró. Entonces fue cuando desplegó sus enormes y hermosos ojos cafés, llenos de luz, a pesar de lo sucedido. La ingenuidad e inocencia se manifestaban inundando el lugar. A pesar de ser una niña pequeña —siendo que ellos siempre tienen la mirada así—, ella irradiaba esas emociones al doble.
Eran los ojos que con una sola mirada te daban calor humano, te otorgaban humildad y una luz en la oscuridad.

Me miró extrañada.

—¿Papi, ya no tengo el monstruo feo? —preguntó parpadeando.
—Sí, mi amor, ya no lo tienes —contesté contento. Y sus ojos destellaron un fulgor que me cegó de alegría.

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Para RI :3 Creo que me salí de contexto, pero bueno, ahí está. El primero.

domingo, 20 de junio de 2010

Donaru. 悲鳴を上げる

Gritar

Se sintió rabiar, cada palabra que le entraba por un oído era material para gritar a todo pulmón. Y lo peor de todo es que él seguía hablando, subiendo el tono de voz y aumentando la presión y la tensión del lugar.

Se levantó de golpe y salió entre pisoteadas al jardín, regalando un portazo al salir. Ya afuera, gritó... gritó con todas sus fuerzas, sintiendo como la saliva salía de su boca y se le desgarraba la garganta. Gruesas lágrimas le brotaron de los ojos, de coraje puro. Tanta idiotez soportada le hizo temblar y jadear que hasta la cabeza le comenzó a pulsar y todo le daba vueltas.

Fue entonces que se dio cuenta que debía tranquilizarse.

sábado, 19 de junio de 2010

Tenshi.天使

Angel

El pequeño niño se metió entre las sábanas, sintiendo que cada que se arrastraba hasta llegar a la cabecera, se le presentaba un desafío. Comenzó a jugar y a imaginar que estaba en una jungla y que nativos le perseguían. Él entre flechas del enemigo, se arrastraba hasta algún lugar seguro, donde nadie lo pusiese tocar.

Volviendo a la realidad, el niño llegó hasta su almohada. Se acomodó y abrazó a su oso de peluche. Morfeo casi lo arrebata del Universo cuando reaccionó.

Restregándose los ojos, volteó a ver su mesita de noche donde reposaba tranquilamente un cuadro, donde se veían dos objetos. Una mujer y un perro. Tomó el cuadro con sumo cuidado; sonrió para después depositar un beso en el frío vidrio el cual protegía la fotografía.

—Buenas noches, mis ángeles guardianes —comentó entre sonrisas para luego dejar que el rey de los sueños se lo llevara.


jueves, 8 de abril de 2010

Anshin.静けさ

Tranquilidad

Se sentó con dificultad en esa vieja mecedora que se quejó un poco crujiendo y dando un sentimiento de afloje. Ella sin embargo no le prestó atención al crujido y observó donde apoya los brazos y se dio cuenta de que aquella mecedora era igual o más vieja que ella. Rió ante el pensamiento de que seguía armada y sólo hacía un disimulado rechinido al soportar un poco de peso.

—“Ojalá así fuera el cuerpo” —pensó la mujer de tercera edad mientras agarraba su estambre y buscaba la aguja para comenzar a tejer un pequeño suéter para su nietecito que estaba a punto de nacer.

Se mecía un poco, sólo así se le quitaba el dolor de espalda y las piernas se relajaban con el vaivén de la silla; así la mujer se recostó un poco en la silla y comenzó a tejer. Tarareaba una vieja canción, de cuando ella era joven y las piernas podían correr varios kilómetros.

La mujer comenzó a quedarse dormida, ya casi acababa el suéter, sólo faltaba hacerle unos dobleces y estaría finalizado y listo para que lo usara el angelito que estaba por llegar a casa.

Comenzó a perderse en sus recuerdos, una vida llena de amor, solidaridad, honestidad y humildad. Una vida que le había hecho cometer errores, pero a pesar de todo, logró superarse y salir adelante.

Se dio cuenta de que había tenido una vida grata y digna, no podía pedir más. Estaba feliz.

Pronto dejó el estambre y la aguja cayó al suelo en un sonido sordo. Se acomodó en la silla y recostó la cabeza, cerró sus ojos y volvió a tararear aquella melodía que le hacía dar vuelcos el corazón.

Tenía la certeza de que se iba, se iba al tan aclamado paraíso; donde no sufriría de ningún dolor… ningún agonizante dolor de rodillas y de espalda. Sonrió ante tal pensamiento, aún sin abrir los ojos.

Ya había imaginado el paraíso, había hecho de él su mejor utopía y estaba dispuesta a dejarse llevar. Sabía que se iba a ir.

Aún así, el remordimiento de dejar a su hija y a su nietecito sin los cariños de una abuela le atormentó y comenzaron a destruir su fantasía. Pero se dio cuenta de que ella sabría cómo lidiar con las cosas, sería una buena madre.

Reposando en su regazo estaba la prenda que había tejido con mucho amor. El último regalo. Su último respiro no lo desperdició y se dio cuenta de que se iba tranquila… porque otra vida estaba por nacer.

FIN

Escrito para la carta de Trizteza, reto Tranquilidad. RI
Cualquier comentario es bien recibido. Gracias por leer.